Verónica Balazs, Médico Veterinaria y creadora de IDERVET: “Una carrera no termina cuando se recibe el cartón”

Verónica Balazs, Médico Veterinaria y creadora de IDERVET

En la actualidad, vemos cómo varias carreras universitarias están colapsadas de egresados, lo que provoca que muchos de éstos profesionales estén cesantes o dedicándose a otro ámbito. Una de estas profesiones es la Medicina Veterinaria que ha seducido a varios jóvenes, pero que en la actualidad el mercado ofrece pocos puestos laborales.

Verónica Balazs da prueba de esta realidad. Si bien estudió en la Universidad de Chile en década de los setenta, la profesión ya daba muestras de dificultades para los egresados. Ante este escenario, Verónica no desistió de su gran pasión, continuó a pesar de esta crisis y se especializó en medicina dermatológica veterinaria.

En la actualidad, es una connotada profesional, ha enseñado en varias facultades universitarias, dicta seminarios por toda Latinoamérica y hace un tiempo decidió seguir el rumbo del emprendimiento con el Instituto Dermatológico y Especialidades Veterinarias (IDERVET), una clínica especializada para los pequeños animales que sufren trastornos en la piel.

Se declara inexperta en el mundo de los negocios, pero su entusiasmo por ayudar a  los animales no la detienen. La clave, según sus palabras, es seguir aprendiendo tanto en los negocios como en esta especialidad, tener un buen equipo y preguntar a los que saben de emprendimiento.

– ¿Cómo nació esta vocación por la medicina veterinaria? ¿Qué es lo que más le gusta de esta carrera?

Desde pequeña me gustaban los animales, mi madre me contaba que botaba las muñecas y llenaba los cochecitos con gatos y perros. Para la desesperación de mis padres, recogía animales de la calle e improvisaba un hogar de perros en el garaje de la casa. Recuerdo que, el día que murió atropellado un perro Cocker Spaniel que yo amaba, se llamaba Sam, yo juré que estudiaría veterinaria. Como además fui muy buena alumna y me encantaba la biología, fue como inevitable que siguiera esta carrera.

Lo que más me gusta de esta carrera es que tiene una amplia gama de posibilidades de desarrollo. Para la mayoría de la gente la medicina veterinaria se relaciona exclusivamente con medicina de perros y gatos. Sin embargo, esta es una pequeña parte de las posibilidades de desarrollo profesional: existe la protección de especies silvestres, la salud pública, la producción animal, el control de alimentos, entre otros.

-¿Cómo fueron los primeros años de trabajo como médico veterinaria

Para mi no fue muy fácil y no porque no tuviera posibilidades de trabajo. Yo estudié en la década de los setenta y, en aquellos años no había problemas de oferta laboral para los egresados de carreras universitarias. Sin embargo, yo creo que fui una adelantada para mi generación en el aspecto de amor hacia los animales. En aquellos años, el paradigma sociopolítico no incluía la preocupación hacia la salud de animales de compañía. La carrera de medicina veterinaria estaba orientada casi exclusivamente hacia la producción de carne, cerdos, aves, etc. y lo que se denominaba en aquella época “medicina menor” no era un tema de interés para mis compañeros, ni para la Universidad de Chile. Yo tuve que vivir la carrera completa sintiéndome un bicho raro y ocultando lo que había sido la verdadera razón de mi entrada a la facultad. Convencida de que mi amor por los animales era algo tonto y superficial, me dediqué a la genética y a la selección de animales para mejorar la producción y contribuir con “algo importante” a mejorar el aporte de proteína animal a la humanidad. Cuando salí de Chile hacia Europa y vi como era la carrera en otros países, me di cuenta de que yo no estaba equivocada y decidí, cuando regresara a Chile, hacer realidad mi verdadera vocación.

¿Qué es lo más difícil de esta profesión y de ejercer como independiente?

Bueno, claramente lo más difícil en esta profesión y especialmente en el área de la medicina de pequeños animales, es la enorme cantidad de médicos veterinarios que hay en el país. Cuando uno comienza y no es conocido aún, la gente no sabe quién es quién, es muy difícil que el dueño de una mascota sepa si lo que el médico veterinario le está indicando es lo correcto o no lo es.  Hay que tener paciencia y tratar de entregar un servicio lo más completo posible. Creo que es tremendamente importante saber delegar a un especialista y no hacer algo para lo cual no se está preparado.

Actualmente hay muchos colegas que están dedicándose a alguna especialidad y varios especialistas van a las clínicas a ofrecer sus servicios. Trabajar de esa manera dignifica a la profesión y evita cometer errores que perjudican la salud de nuestros pacientes.

¿Cuáles han sido los principales aprendizajes que ha sacado en limpio en esta profesión y como emprendedora?

Como emprendedora, debo confesar que aun estoy aprendiendo. Hace 1 año que inicié este proyecto de Clínica Veterinaria especializada en dermatología: IDERVET, antes trabajaba en forma independiente. Aprender a delegar ha sido lo más difícil para mí, acostumbrada durante años a ser yo la que controlaba todo. Afortunadamente tengo una socia, la Dra. Irma Ecos con la cual me complemento bien en el área laboral, una colega, ex alumna mía, la Dra. Belén Rivera , muy eficiente y llena de ganas de aprender y lo mismo puedo decir de Ivonne, la secretaria y Lilly, la peluquera. De modo que creo que otra cosa tremendamente importante es tener un equipo comprometido y con la camiseta puesta.

Usted se especializó en un ámbito muy puntual de la medicina veterinaria ¿Es esta la clave para tener éxito en lo profesional?

Tener una especialidad claramente ayuda a tener éxito en lo profesional, porque permite resolver problemas más complejos. Sin embargo, conozco excelentes colegas que hacen medicina general con mucho éxito porque lo hacen bien, están bien preparados. En definitiva, la clave del éxito está en como uno practica la profesión y no necesariamente en si se especializa.

¿Usted considera que el estudio constante es un factor clave para ser la diferencia?

Estoy absolutamente convencida de ello. Yo jamás he dejado de estudiar, pero simplemente porque me encanta lo que hago y la diferencia no solo lo  hace el hecho de seguir mejorando y aprendiendo, sino la pasión que uno tenga por lo que hace. Esa energía es el motor para seguir adelante y es lo que perciben los dueños de las mascotas. La gente ve a un profesional que no solamente está haciendo su trabajo para ganar dinero, sino que está realmente comprometido con la salud de su mascota.

Actualmente dicta charlas y realiza clases en distintas universidades y países ¿Considera que ha sido exitosa en el ámbito profesional? ¿Qué es para usted el éxito?

En realidad es difícil decir si he sido exitosa en mi profesión ¿Qué mide el éxito profesional?

Muchos colegas míos tienen  clínicas en barrios elegantes y ganan muchísimos más dinero que yo. Yo respeto eso porque soy muy mala para lo financiero, siempre me cuesta cobrar y soy un desastre como administradora. Afortunadamente, por esos misterios de la genética, tuve un hijo que es un exitoso empresario y que me ha orientado y, me atrevo a decir, empujado a hacer cosas que me permitan ganar dinero sin sentirme culpable por ello. Creo que he sido exitosa en lo que hago porque he sido capaz de transmitir mi experiencia y conocimientos a nuevas generaciones. Eso para mí es lo que describe mejor mi éxito profesional. Creo que la Medicina Veterinaria en Latinoamérica necesita de sangre joven con mística y preparación científica y poder contribuir a esa gran tarea es para mí el mayor de los éxitos.

¿Hay algo que no volvería hacer? ¿Se arrepiente de algo en el ámbito profesional?

Yo no me arrepiento de nada en mi vida y no solo en el ámbito profesional. Toda experiencia vivida me ha permitido crecer como ser humano, ser mejor persona y mejor profesional.

¿Cuáles son sus próximas metas profesionales?

Mi sueño es poder reducir mis horas de trabajo clínico y dedicarme con más tiempo a la docencia de postgrado, a la investigación y a escribir algunas cosas de dermatología veterinaria.

¿Tiene alguna figura que admire en el ámbito profesional?

Mi  gran referente es el Dr. Juan Rejas López, docente de la Universidad de León en España. Lo conocí hace muchos años atrás, estuve en su casa y en la Universidad de León. La razón de mi admiración por él no es solo por su calidad profesional, ya que existen seguramente dermatólogos veterinarios de mayor fama y trayectoria que él. Mi admiración por “Chete”, como le decimos sus amigos, es porque me mostró que la fama y el trabajo no son la clave de la felicidad. Verlo dar sus clases con amor y dedicación y salir de la Universidad a buscar a su hijo y señora para salir de “tapas” y a pasear, todos los días. Verlo salir en bicicleta por León a sacarle fotos a los árboles, darse tiempo para tomarse una copa con los amigos y estar siempre dispuesto a escuchar y a ayudar. Decirme por ejemplo, que no le interesa  pertenecer a “sociedades” de expertos y pelear por sobresalir para satisfacer su ego, puesto que ahí no está la felicidad. Gran profesional, gran amigo, gran docente y sobretodo, gran persona.

Algunos estudios indican que la medicina veterinaria es una de las carreras con más egresados. En este contexto de adversidad y de incertidumbre laboral para quienes  aman esta carrera pero que aún tienen miedo de su futuro laboral ¿Qué consejos les daría a los jóvenes que están estudiando Medicina Veterinaria u otra especialidad que se encuentra en esta misma categoría de «saturada”?

Difícil pregunta porque no puedo decirle a un joven que no tome en cuenta la realidad laboral. Es terrible estudiar medicina veterinaria para después trabajar en algo que no se eligió. Si hay jóvenes que ya están estudiando medicina veterinaria, lo único que puedo decirles es que la carrera no termina cuando se recibe el cartón. La carrera comienza en ese momento y creo que la palabra “carrera” es literal. Cualquiera que sea el área de interés del joven, su futuro laboral va a depender de dos palabras: perseverancia y estudio. Soy una convencida de que todo lo que uno realmente quiere conseguir lo puede lograr, pero no por arte de magia. Yo acabo de recibir en IDERVET, dos muchachas jóvenes, una peruana y una ecuatoriana, médicos veterinarios. Ambas viajaron de sus respectivos países para hacer una pasantía en mi clínica. Esta claro para mi que no cuentan con muchos recursos económicos, pero las ganas que tienen de aprender, el interés, su buena disposición me tienen absolutamente convencida de que van a tener absoluto éxito en la profesión. Eso es lo que hace la diferencia.

Compartir:

Publicidad
Scroll al inicio