Francisca Ansaldi y Casas VAL: un emprendimiento desde las cenizas

Fran Ansaldi

En esos momentos, las ideas surgen desde lo menos esperado, como lo que le sucedió a Francisca Ansaldi y su familia que después de un incendio tuvieron que reconstruir su casa sin saber que esa construcción se volvería una empresa exitosa.

Actualmente, Francisca Ansaldi, junto a sus hermanos, trabajan en “Casas VAL” dedicándose a la construcción de casas prefabricadas con las cuales tienen cobertura nacional incluyendo Isla de Pascua.

 ¿Cómo nace la idea de emprender?

Venimos de una familia de emprendedores. Partió mi abuelo en 1948, siguió nuestro padre y ahora nosotros, los 5 hermanos (Paulo, Bárbara, María Eugenia, Victoria y yo), pero específicamente, lo que hacemos hoy, nace de una crisis. Nuestro padre tuvo un incendio que hizo que la economía y la moral se vinieran abajo. Nuestra madre propuso aprovechar un terreno bien ubicado para comenzar un pequeño negocio de abarrotes. Para esto se construyó una casita de madera. Muchas personas paraban a preguntar por la casita… Se vendía poco y nada de abarrotes. Dada la situción y considerando esta oportunidad ─y sin pensarlo mucho, claro, porque el dinero no alcanzaba para nada─ se hizo un giro y los esfuerzos comenzaron a canalizarse para ese lado. Esto, unido a un proyecto que presentó mi hermana María Eugenia en su universidad para hacer casas de ese estilo, el cual, irónicamente, fue rechazado por un profesor al no verlo rentable. En resumen, fue una serie de sucesos que nos llevaron a lo que estamos construyendo hoy.

¿Qué tal ha sido la experiencia de trabajar en familia?

Como ventaja, cuando trabajas con la familia hay un conocimiento natural de la empresa. La confianza mutua entre nosotros provoca una sinergia de fuerza positiva, nos conocemos hace tanto y tan bien que sabemos perfectamente qué área abarcar cada uno, en qué somos buenos y en qué no tanto, no tenemos miedo a pedir ayuda, ni a hablar con la verdad.

Hay mayor impulso en defender tus raíces y mantener el cuidado de la infraestructura física y moral de la empresa, porque cada uno de nosotros sabe cuánto costó llegar hasta aquí.

Como desventajas, las ideas de la empresa no suelen innovarse con facilidad, ya que la doctrina implementada por la tradición suele ser muy fuerte, esto a veces puede crear una perspectiva limitada hacia el futuro, teniendo que concentrar esfuerzos mayores para lograr una visión más amplia y global, adquiriendo ideas innovadoras que podrían ser buenas y productivas.

¿Fue difícil comenzar u empresa?

Pienso que siempre es difícil comenzar una empresa. Quizás en este caso fue un poco más difícil porque este rubro es 99 % masculino y nosotros somos 4 hermanas y sólo 1 hermano, hay que tener mucha personalidad, pero como todo, la perseverancia, hace ir aprendiendo en el camino las herramientas necesarias para avanzar. Creo que más difícil que empezar, es mantener un emprendimiento y adecuarse a los requerimientos que van cambiando, saber crecer a tiempo, saber cuándo invertir y cuándo no.

¿Que los diferencia de otras empresas del mismo rubro?

El ser mujeres detrás de esta empresa, nos da una enorme ventaja por sobre nuestra competencia. Nuestra sensibilidad de comprender que detrás de una casa existe una familia, con distintas necesidades y recursos, y poder entregar flexibilidad respecto a los materiales, además de mejorar la distribución de una casa, nos permite entregar un producto más personalizado. Entendemos que las casas que vendemos se convierten en el hogar de alguien y actuamos enfocados en esto.

El mundo de la construcción es por lo general de hombres, ¿cómo lo han sobrellevado?

Nuestros padres nos criaron de manera muy distinta a la generalidad de las mujeres. Nos criaron para que fuéramos mujeres independientes, empoderadas, seguras y felices. Considero que tenemos muy pocos complejos. En nuestra casa siempre existió la frase: ¡Tú puedes! Además, crecimos con el ejemplo de nuestra madre, que tiene una personalidad muy fuerte y pragmática. Eso hizo que ingresar a un rubro masculino, lo vimos como una oportunidad y no como una desventaja. Eso no quita que no haya sido difícil, pero veníamos mucho más preparadas. Por lo demás, nuestros proveedores son mayoritariamente hombres, pero nuestros clientes finales son familias, y la mujer es muy importante en todo esto, es generalmente quien decide la compra.

Luego de los incendios forestales, ¿cómo han visto el mercado de la construcción de casas prefabricadas?

La verdad que luego de los incendios esa pregunta surge cada vez de manera más frecuente, pero dentro de las opciones que tenemos para ofrecer, contamos con materiales aislantes que son incombustibles.

Además, a raíz de la preocupación de nuestros clientes, nos informamos que existen seguros que ─por muy poco dinero─ los protegen contra estas catástrofes y que también se lo mencionamos a los clientes.

¿Cuáles son las ventajas de optar por una casa prefabricada?

Las principales ventajas son el precio. Son mucho más económicas que las construcciones tradicionales. El menor tiempo empleado en la construcción hace que sean más rápidas de adquirir y hay que destacar que son naturalmente antisísmicas, (sabiendo que Chile es el país más sísmico del mundo, dormir seguros es una gran garantía). Además, como son casas hechas en Chile, tenemos la ventaja de la distribución interior. Hacemos proyectos especiales de acuerdo a las peticiones de nuestros clientes, que tienen la libertad de elegir materiales de revestimientos, detalles interiores y muchos otros aspectos más que tienen que ver con la zona en la cual viven (como por ejemplo, zonas más lluviosas, más frías, más húmedas, entre otras).

¿Dónde es posible ver sus modelos y contactarlos?

Nuestras casas de muestra se encuentran en: Av. Los Libertadores 1694, Comuna El Monte, Sector el Paico, Región Metropolitana (como referencia: Autopista del Sol, peaje El Paico) y nuestro sitio web es  www.casasval.cl. Importante también es mencionar que llegamos a todo Chile, incluida Isla de Pascua.

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