Oriundo de Guayaquil, hoy con nacionalidad chilena, Gabriel Massuh Isaías se alza como el principal empresario importador de plátanos en Chile, la fruta más consumida por los chilenos en la actualidad.
En un mundo donde las startups brotan como champiñones tras la lluvia y los unicornios empresariales se buscan con desesperación, cada historia de éxito tiene un origen humilde, un deseo ardiente y un sueño inquebrantable.
La travesía del emprendedor es menos sobre el destino y más sobre el viaje, sobre superar obstáculos, aprender de los fracasos y avanzar con determinación.
Una historia de emprendimiento interesante es la de Gabriel Massuh Isaías, chileno-ecuatoriano que por más de 30 años ha liderado uno de los negocios de frutas más importantes de Chile.
Se trata de Bagno, empresa dedicada a la importación de frutas tropicales desde Ecuador y otros países, principalmente plátano, aunque también incluyen otros productos como naranjas, mandarinas, limones, piñas, paltas, entre otros.
«Bagno representa mucho más que un negocio para mí; es el testimonio tangible de perseverancia y compromiso. Al igual que muchos emprendedores, comencé con una visión, y, a pesar de los innumerables desafíos y obstáculos enfrentados desde mi juventud, he logrado consolidar ese sueño», reflexiona Gabriel.
Un viaje difícil: Los inicios de Gabriel
Guayaquil, Ecuador, vio nacer a Gabriel en un hogar donde la tierra y sus frutos eran el sustento y la pasión. El joven Massuh, caminando entre los arrozales con su padre, comprendió desde temprano el valor del esfuerzo y la recompensa del trabajo arduo. “El campo fue mi primera escuela. Aprendí el lenguaje de la tierra y la importancia de respetarla”, rememora Gabriel con nostalgia.
Después de sumergirse en los estudios de Agronomía en Cornell University y luego en Negocios en la Universidad Internacional de Florida, Gabriel percibió que tenía una visión más amplia para su vida. «Mi etapa formativa en Estados Unidos fue definitiva para moldear mi perspectiva empresarial. Me enseñó que, más allá de tener una idea brillante, es esencial poseer una visión clara, reforzada con determinación y la capacidad de adaptarse ante cualquier escenario. Es esa combinación la que convierte un mero sueño en una realidad tangible», asegura Gabriel.
Con 23 años y una maleta cargada de sueños, Gabriel aterrizó en Chile en 1993. Fue aquí donde, enfrentando la adversidad y la competencia feroz, fundó Bagno, con el sueño de importar y distribuir frutas de calidad.
“Vi una oportunidad única al darme cuenta de que en Chile no se cultivan plátanos, lo que representaba una demanda insatisfecha. Esta misma situación se repetía con otras frutas tropicales, como el mango y las piñas, abriendo un mercado con gran potencial”, detalla Gabriel.
Bagno: Una revolución en el mundo de las frutas
Los comienzos de cualquier empresa son una mezcla de incertidumbre y entusiasmo, y Bagno no fue la excepción. Iniciar un negocio en el extranjero, especialmente en un mercado tan competitivo como el chileno, fue todo un desafío. Gabriel reflexiona: «Había días que pensaba que no lo lograría, pero me centré en lo que sabía hacer mejor: entregar calidad».
Gabriel, siendo un joven entusiasta, se encontró con numerosos obstáculos financieros y sociales. En los primeros tiempos de la empresa, enfrentó situaciones económicas complejas, evidenciadas por cheques que rebotaban y tensiones de flujo de caja.
Además, su juventud, en lugar de ser vista como una ventaja refrescante, se convirtió en una fuente de prejuicio. Muchos subestimaban sus capacidades y lo discriminaban por su edad, dudando de su habilidad para dirigir una empresa de importación en un mercado tan competitivo.
“Los comienzos nunca son fáciles, y para Bagno no fue la excepción. Me enfrenté no solo a desafíos económicos, con cheques que rebotaban y la constante preocupación de mantener la empresa a flote, sino también a juicios y preconcepciones por ser un joven en un ámbito tan competitivo. Sin embargo, esos obstáculos solo avivaron mi determinación”, refleja Gabriel.
Con el tiempo, Bagno se consolidó como una marca de confianza en la importación de frutas. Y no cualquier fruta, sino las que representan el sabor, aroma y frescura: los plátanos, cítricos como la naranja, limón y mandarinas. “El plátano no es solo una fruta; es una experiencia. Nos aseguramos de que cada plátano que llegue a los hogares chilenos sea un testimonio de nuestra dedicación y pasión”, comenta Gabriel.
Los cítricos, por su parte, son un reflejo de la diversidad y riqueza del suelo latinoamericano. Cada naranja, limón o mandarina que Bagno importa es una promesa de sabor y nutrición.
Hoy, una de las misiones de Bagno es ser más que una empresa, asegura Massuh. Es una filosofía, una marca que garantiza frescura y calidad. Con una infraestructura robusta y una red de distribución en expansión, Bagno es sinónimo de excelencia en el mundo frutícola chileno.
Gabriel Massuh: Consejos dorados para emprendedores
Con su trayectoria y experiencia, Gabriel tiene mucho que compartir. Para aquellos que se embarcan en la aventura del emprendimiento, ofrece estos consejos:
1. Visión y Pasión: “Conócete a ti mismo y a tu visión. La pasión es el combustible que te impulsa”.
2. Adaptabilidad: “El mercado cambia, las tendencias cambian. Aprende a adaptarte y a reinventarte”.
3. Conexión auténtica: “Conecta con tus clientes. Entiende sus necesidades y supera sus expectativas”.
4. Integridad y Valores: “Nunca comprometas tus valores. La integridad es el corazón de cualquier negocio exitoso”.
La historia de Gabriel Massuh Isaías no es solo sobre la fundación de Bagno o la importación de frutas. Es una historia sobre perseguir un sueño, sobre creer en uno mismo y sobre nunca rendirse. Es una inspiración para todos aquellos que, armados con una visión y pasión, están listos para dejar su huella en el mundo.
